miércoles, 2 de junio de 2010

culiacan antiguo










Hacer una reseña paronímica de Culiacán desde su fundación a nuestros días no es tarea fácil para los historiadores sinaloenses, sobre todo, cuando existen periodos que quedan oscurecidos por falta de información. Este Culiacán de peripecias creíbles y violencias a veces extremas emerge cada vez mas con ímpetu perfeccionado de la experiencia de sus moradores y en la pertinaz terquedad relacionaría de sus gobernantes.
La ciudad de Culiacán, hoy día, es una vasta, compleja y heterogénea construcción en el espacio. Su configuración a través de los años ha sido producto de innumerables y anónimos constructores.


Cada una de las generaciones que vivieron en Culiacán nos ha dejado en la ciudad de muestra de su particular cultura en términos de vivienda, edificios, espacios y monumentos. Por ello la ciudad es historia y reservorio de la memoria. Desafortunadamente la inexorable renovación va destruyendo sistemáticamente el testimonio de la evolución física y cultural de la ciudad.

Es el momento, que hemos estimado oportuno, para recoger, de los propios recuerdos y de los de personas de mayor antigüedad y aun de versiones tradicionales, los puntos de vista sobre las calles de Culiacán, relato que, en forma un tanto deshilvanada, con aspectos históricos y anecdóticos, hacemos desfilar en las páginas de este esbozo.
Y al mismo tiempo que se esta realizando en ella una transformación social, se realiza también, a ojos vistos, notable cambio que podríamos llamar físico o material.
Están desapareciendo, en efecto, una tras otra, las antiguas construcciones de nuestras calles, por ser sustituidas por nuevas fincas, según patrones estéticos, adquiriendo insensiblemente, de este modo, la vieja ciudad, un aspecto general de población moderna.

Los datos que aquí aportamos, podrían servir mañana, en su misma sencillez, como apuntes de la historia de la capital de Sinaloa; el tiempo y el estilo cambia. Entonces, el cambio va mas allá de una simple modernización, o la transformación no sea otra cosa que el reflejo del lento transito culiacanense desde la gran aldea que a mediados del siglo apenas desbordada los límites del centro de la ciudad, a esa ciudad como pretensiones cosmopolitas y en camino de perder buena parte de su carácter distintivo.

La información que se encuentra de lo que conocemos como catedral, mercado y sus calles son mas conocidas por los sinaloenses ya que son los lugares que se tiene la oportunidad de convivir, pasear, compras, entre otras.
En este ensayo se da la oportunidad de conocer la historia de la creación de los monumentos que se da en este Sinaloa, los autores, constructores, los sacerdotes y discípulos que lograron crear poco a poco los monumentos. En el trascurso de el tiempo lo que no se queda se ba desgastando dejando poco de nuestra gente, como lo dijo alguna vez una sabia, podemos repetir el pasado pero no a la gente de esta.



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